Conoce los tipos de jamón ibérico que ofrece el mercado

Los productos embutidos se han adentrado en la dieta habitual de las personas como cualquier otro tipo de alimento, logrando a base de su calidad y sabor formar parte de las preferencias en cuanto al paladar de los usuarios. Actualmente son muchos los alimentos procesados que se consumen con gran frecuencia en todo el mundo, al ser productos rápidos para su preparación y que no disponen de mayor esfuerzo o tiempo al venir directamente listo para su consumo.

El precio de cada artículo es relativo en cuanto a la calidad y la demanda que tenga el producto, en este apartado cabe mencionar que uno de los alimentos más buscados es el jamón, y es que en cada una de sus presentaciones, los fabricantes de este producto pueden decir que cuenta con bastante receptividad por parte del púbico, posicionándose como un producto muy común en la mesa de innumerables familias.

Si bien es cierto que todo en exceso no es bueno o puede resultar contraproducente para el organismo humano, la combinación de jamón con cualquier otro alimento durante una comida rápida o como acompañante del plato principal hace que el mismo no sea la comida de mayor cantidad sino que forme parte del mismo, por lo cual, su ingesta en la mayoría de los casos al ser moderado no causa ningún problema en la salud.

El jamón ibérico, entre los más saludables

En lo que respecta a esto, la calidad del ibérico hace que este tipo de jamón serrano, tenga altas porciones de grasas, sin embargo, esta clase de grasas se consideran buenas y necesarias para el organismo, las conocidas monosaturadas, que permiten entre otras cosas la regulación los niveles de colesterol, para evitar que este se dispare de repente o así mismo, caiga súbitamente, generando un cuadro clínico de preocupación en las personas.

Por lo cual, y más allá de su cuestionada preparación, aporta beneficios de este tipo, los cuales resultan sumamente necesarios para el cuerpo humano.

Su procedencia original viene del cerdo de raza ibérica, el cual es muy consumido y apreciado en la gastronomía de la zona ibérica, siendo sumamente popular en el gusto culinario de los habitantes de España y Portugal, donde es conocido como presunto ibérico, y siendo considerado frecuentemente como un artículo de alta cocina y manjar.

En cuanto a su producción, para que pueda ser catalogado como “jamón ibérico” propiamente, debe contar por lo menos con un 50% de pureza de esta raza, así mismo, los que son reconocidos como de más alta calidad al tener 100% proceden de cerdos ibéricos en los que ambos progenitores serán de raza 100% ibérico. Para los demás jamones ibéricos se permiten los cruces con la raza de cerdo Duroc. Por tal motivo y dependiendo de las características de alimentación de animal se puede clasificar de distintas maneras.

  • Jamón ibérico de cebo; así es conocido debido a que el animal es criado en un cebadero y recibe una alimentación basada principalmente en cereales y leguminosas.
  • Jamón ibérico de cebo campo; de esta manera se conoce al animal que se cría en dehesa y el cual recibe una alimentación a base de hierbas y piensos (cereales y leguminosas);
  • Jamón ibérico de recebo; es con tal denominación que se le llama al animal criado en dehesa, para el cual se implementa una alimentación a base de hierbas y piensos (cereales y leguminosas), y durante el período de montanera come bellota (nueces), pero una vez pasado esta temporada no alcanza el peso óptimo para el sacrificio y necesita de un aporte para complementar el peso establecido de piensos (cereales y leguminosas) y pastos, este término o consideración queda en lo que es llamado dentro del marco legal como desuso a partir de la nueva normativa del cerdo ibérico implantada en el año 2014 durante el mes de mayo, quedando prohibida su comercialización de esta manera tanto para los jamones como para paletillas producidas a partir de la fecha indicada.
  • Jamón ibérico de bellota; animal que se cría en dehesa, bajo una alimentación a base de hierbas y piensos (cereales y leguminosas), y en la temporada de montanera (engorde), el cual cubre alrededor de entre dos a cuatro meses entre los meses de noviembre y marzo, se alimenta de bellotas y pastos, logrando de esta forma el peso óptimo de sacrificio.

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